El día de ayer manejando sobre la carretera México-Texcoco presencié tres accidentes. El primero pareció impactante, ver a una señora deteniendo una sombrilla sobre aquel cuerpo tirado en el asfalto, quizá tenga una imagen poco memorable. Al paso de 2km sobre la misma dirección notamos que un auto había salido de la carretera en el mismo sentido en que nosotros íbamos, no podíamos hacer prácticamente nada, ya les daban asistencia médica. En el último tuvimos el mal momento de presenciarlo sobre nuestra misma dirección; un carro que venía en sentido inverso volcó de modo extraño logrando atrapar los pies del conductor en una de las llantas delanteras, mientras que un niño menor de 10 estaba tumbado en la orilla de la carretera.
Algo dentro de mí me dijo que tenía que ayudar, no podía irme con la imagen del accidente y no haber hecho algo por muy poco que fuera. Rápidamente, me orillé, baje del carro y corrí al lugar del accidente y sin pensarlo dos veces les dije que alzáramos el carro entre todos los que estuvieran. Logramos sacar al señor, la verdad no se en qué terminó la vida de estas personas, lo único que pudimos hacer fue ayudar así mientras que papá llamaba a las ambulancias.
Allí entendí que no necesitaba recibir nada a cambio para poder ayudar a la gente que notablemente lo merece.
Al fin, en donde quiera que esté esa familia, espero se encuentre bien.