Navegando entre cambios: Lecciones desde el tablero de ajedrez

A veces la vida te coloca como una ficha en un tablero de ajedrez. Te mueven, te reubican, y aunque sabes que tarde o temprano llegará ese movimiento, la forma en que lo hacen no siempre es la ideal. En mi experiencia, muchas veces esos movimientos están cargados de política sucia, decisiones mal tomadas que benefician a algunos y afectan a otros. Aun así, lo único que puedo hacer es seguir esperando, mirando hacia el futuro.

En este punto, no sé si lo que viene será mejor, pero estoy convencido de que debo poner en práctica todo lo que sé. Aprovechar cada momento para mejorar, para aprender, y para estar listo para lo que venga. Estos cambios, aunque disruptivos, afectan las rutinas, los tiempos y las actividades familiares, pero no voy a dejarme caer emocionalmente. Al contrario, estos retos me hacen más fuerte.

Vengo de una familia que siempre me ha inculcado valores sólidos, ética profesional y estabilidad emocional. Con eso en mente, sé que ningún cambio laboral puede derrumbarme. Ya esperaba estos movimientos, pero eso no significa que voy a quedarme quieto. Lo tomo como parte de la experiencia, como un nuevo reto que enfrentaré con la misma fortaleza de siempre.

He visto cómo muchas personas se desmoronan ante este tipo de situaciones. Sin embargo, me niego a ser uno de ellos. Puedo sentirme como si cayera en un agujero negro, pero no seré consumido por él. Yo mismo soy el creador de ese vacío, y si alguien puede salir de ahí, soy yo. No solo para mi propio bien, sino como ejemplo para otros que estén pasando por lo mismo.

A lo largo de mi carrera, he trabajado con personas valiosas que me han enseñado mucho, y por ellas también seguiré adelante. Valoro su visión, su liderazgo y los proyectos en los que hemos colaborado. Me gusta mi trabajo y, a pesar de todo, tolero los aspectos difíciles porque sé que es parte del camino.

Mi enfoque es claro: seguir adelante, seguir desarrollándome profesionalmente, mantenerme fiel a mis valores y no caer en el juego sucio que a veces nos rodea. Al final, lo que importa es hacer las cosas bien, con integridad y mirando siempre hacia el futuro.