A mí hijo (Carta #3)

Hola flaco!. No preguntaré cómo te encuentras hoy porque sé que no andas del todo bien.

Últimamente, no eres quien eres normalmente. Ese niño travieso que grita, avienta, empuja, sube y baja, corre, va y viene por doquier.

Ayer nos reportaron en la escuela que Noah tuvo algunas popos frecuentes, que Noah no era Noah porque estaba muy pasivo. Y cómo no vas a estar pasivo si seguramente se te pegó un bicho.

La verdad es que al principio pensé que todo era un plan tuyo para no regresar a la escuela después de tan ricas vacaciones de semana santa. Decíamos, ‘seguro que es truco para no ir a la escuela‘, ‘le cayó de peso el regreso a clases‘, y una que otra tontería de adultos.

Pues cómo yo iba a creer que en tan semejante niño inocente habría posibilidad de un pensamiento así, cómo es que pudieras tú saber de engaños, mentiras, estrategias u otra cosa que te ayude a faltar a la guardería, si se ve que te encanta ir a ver a tus amigos.

Ayer visitamos al doctor y nos confirmó que tenías un maldito virus que se te coló quien sabe cómo. Cosa de niños. Ya lo entenderás. Todo se te pega. Según dicen, que ahora que eres pequeño, tendrás muchas enfermedades al año por el simple hecho de ir a la guardería. Espero que todo sea mentira.

Hoy tuvimos que dejarte por segunda vez en casa de los abuelos. A tí te gusta mucho estar con tu ‘abu’ y jugar ‘gol’ hasta que el cuerpo aguante.

Supongo que tenemos que esperar un par de días más para ver cómo regresa tu verdadero yo. Tu niño destrampado. Ese que día y noche pide ‘bluey’ y ‘plim plim’ sin parar. Ese que pasa lista a la familia en voz alta, ‘ana’, ‘nan’, ‘uri’, ‘papááá’, ‘mamááá’ y ‘noah’.

Ya te quiero ver gritar, jugar y andar al 100, nuevamente.

Por cierto, ya no vamos a jugar pesado ni a las mordidas porque de la escuela llegó una carta donde nos pide que juguemos bonito, con cariñitos y besos. Es muy difícil no jugar rudo contigo sí tú eres el que siempre empieza, y tú mamá me regaña porque dice que soy yo el adulto. Te pasas, flaco.

Bueno, bueno. Es hora de descansar.

Con cariño. ¡Papááá! ¡roaaaaaaar!.